A waste of the person you are

Dónde: En gmail.

Frase: «Wanting to be someone else is a waste of the person you are.»

Igual la frase de Kurt Cobain (mi ídolo en la adolescencia- ya, y el de millones de adolescentes-, dicho sea de paso) es un poco demasiado tajante para mi gusto. Pero me ha hecho pensar en algo que me repito a mi misma constantemente: que para ser feliz debo aceptarme tal y como soy. Aceptarlo todo, lo que me gusta y lo que no. Y tratar de cambiar o establecer mecanismos de «supervivencia» o de «aceptación» para aquello que no me gusta. No se trata de arrinconarlo o de hacer ver (de hacerme ver a mi misma y a los demás) que no existe… se trata de verlo desde otro punto de vista, de positivizarlo o tal vez de ayudarte a simplemente llevarlo contigo… porque es algo que no puedes evitar dejar de llevar.

Tus puntos fuertes son también tus debilidades, lo que te hace bueno te hace también vulnerable… pues eso, lo que te hace vulnerable, en un momento dado, podría también hacerte fuerte. Y si no, tocará cambiarlo. Digo…

Last days y guitarras para zurdos

El sábado vi una película que hacía tiempo que tenia por casa pero que no me había atrevido a ver. Sí, sí, que no me había atrevido. Porque una película que se llama «Last days» y que uno sabe que va sobre la vida de Kurt Cobain, al que nunca tuvo oportunidad de ver en concierto, pues da cosilla. Aprovechando que mi amiga Viky estaba en casa, la vimos.

El detalle que me llamó la atención

Este post no va sobre Kurt Cobain, sobre la peli ni sobre Nirvana. Este post va sobre el detalle que me llamó la atención y es que en la película el protagonista toque una guitarra para diestros.

Minuto 1.11, por ejemplo

Kurt Cobain era zurdo. Y tocaba guitarras para zurdos. Al principio tocaba guitarras para diestros con las cuerdas cambiadas, pero al final no, al final tocaba guitarras para zurdos como ésta:

¿Es posible que no se dieran cuenta al grabar la película? Ciertamente resulta extraño. ¿Que los derechos sobre la imagen de Kurt Cobain tengan algo que ver? ¿Alguien sabe algo al respecto?

Anna y la tía de Kurt Cobain

Douglas Gordon – Autorretrato como Kurt Cobain, como Andy Warhol, como Myra Hindley, como Marilyn Monroe (1996)

El viernes iba con Anna en el ferrocarril hacia al trabajo, ¡no eran ni las 8am!. Empezamos hablando de tesis y doctorados que no sirven de mucho (y de los que sí sirven también), una cosa llevó a la otra, la conversación derivó en nuestras adolescencias y de repente Anna dijo «¿te lo he explicado no, que conocí a su tía?».

A la tía de Kurt Cobain. Anna conoció a la tía de Kurt Cobain, y encima, durante la adolescencia (que es cuando más se deben apreciar esas cosas, recién muerto tu ídolo y tú dándote cuenta de que el mundo no te entiende….).

Así que Anna conoció a la tía de Kurt Cobain. A la de verdad. En Seattle.

Resulta que un verano, después de la muerte del líder de Nirvana, Anna decidió irse a estudiar inglés a EEUU. 3 semanas. Mmmm ¿dónde podría ir? A Seattle, la meca del grunge 🙂 (Nota mental: Ir a Seattle antes de que se me pase la fiebre del grunge, una se hace mayor). En estos viajes pasa lo típico, que nunca sabes quién te acoge en su casa: una família con una hija adolescente como tú, una pareja con gemelos de 3 años que no te dejan vivir, una ancianita aparentemente inocente… cosas de esas. A Anna le tocó una mujer mayor (creo que no era ancianita, no me centré en esta parte de la anécdota) muy religiosa, de esas que se pasan el día en la iglesia. Resulta ser que un día hablando de música a Anna se le ocurrió decir que le gustaba Nirvana, y la mujer quedó escandalizada… ¡vas por el mal camino! Tal fue el asombro de la señora que llamó a la TÍA DE KURT COBAIN y la invitó a casa para que le explicara a Anna los peligros de las drogas ¡jua! En primera persona y todavía aturdida por la muerte de su sobrino… su pobre sobrino… ¡nuestro gran ídolo de masas! ¿Y te reencaminaste?!- le pregunté a Anna…. XD

¿Os imagináis vivir esa experiencia en primera persona? Yo llegó a vivir eso a los 16 y me da algo jajaja y sé de unas cuantos que también..

Gracias Anna por dejarme compartir tu anécdota en el blog 🙂