Confianza
La confianza es algo básico en cualquier tipo de relación personal, y no basta con decir que uno confía, hay que confiar. Y eso o se siente, o no se siente. Ganarse la confianza de alguien puede costar mucho… perderla en cambio, puede ser cosa de un instante.
En las relaciones con uno mismo, la confianza también es importante. Porque uno se tiene que aguantar todo el día, todos los días, le guste o no. Y si uno no confía en si mismo, se hace aún más difícil confiar en los demás. Inseguridad le llaman.
Círculo del confort
El círculo del confort es aquella área, aquel terreno, en el que nos sentimos cómodos y del que tanto nos cuesta salir. Y no sólo de forma consciente, sino también de forma inconsciente (el costarnos salir, digo). Nos sentimos CONFIADOS en el terreno que “dominamos” y adoptar cualquier punto de vista que no sea el nuestro nos parece una odisea (y total, ¿para qué?).
El “problema” viene cuando nuestro punto de vista no nos sirve para resolver el conflicto o la situación en la que nos encontramos (sí, sí, a veces pasa). ¿Qué hacer entonces? Tu punto de vista no te sirve, lo que te dicen los demás no te sirve (como lo pasas por tu filtro azul no puedes ver los colores). Y ahí te pierdes, tu en tus trece y el mundo en las suyas :S
Y de repente: ¡Clic!
Un día, una palabra, una situación… una persona enciende el interruptor y algo dentro de ti hace “clic”. En ese momento el filtro desaparece y consigues ver y, lo más importate, SENTIR desde otro punto de vista. Un punto de vista que igual no soluciona nada (¿quién sabe?), pero que es diferente y al menos te hace avanzar (vamos a confiar).
El per què de tot plegat. Es que este libro de Monzó me gusta, y cada vez que tengo la oportunidad “cito” el título 😛
Clic. Hoy. Mi clic. Empezando por:
- Valorar las cosas importantes como se merecen: darles importancia
- Valorar las cosas menos importantes como se merecen: darles menos importancia